La educación en el Centro Educativo Mar Azul, tiene como base filosófica, la promoción de los valores cristianos a través del Amor, utilizando como herramienta principal la Biblia siguiendo el ejemplo de Jesús y las Normas y Directrices del Ministerio de Educación, MINERD.
Desde la visión cristiana, se visualiza la tarea educativa desde una de las parábolas del Reino: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo, es ciertamente más pequeño que cualquier semilla, pero cuando crece es más grande que las hortalizas... (Mt. 3,31-32) El reino de Dios es como un niño que crece en toda su potencialidad de vida, llamado a la vida y a dar vida. La educación debe ser como ese campo capaz de hacer germinar en cada semilla el milagro del amor, donde cada niño niña y adolecente pueda desarrollarse como hombre y como mujer integra.
Su filosofía es sembrar, cultivar y ayudar a crecer y esperar que esa semilla se convierta en los hombres y mujeres que vivan los grandes valores profesados por Jesús: amor, justicia, libertad, paz y solidaridad. La tarea es formar personas que lleven en el corazón la certeza de que ellos son constructores de vida.
Por lo que la educación en el Centro Educativo Mar Azul, se concibe como un proceso de formación integral que encumbre el dominio cognoscitivo (conocimiento, inteligencia y creatividad) y el dominio afectivo (valores, actitudes, sentimientos y emociones). Esto supone colocar conjuntamente lo cognoscitivo y afectivo en acto de aprendizaje, producto de la voluntad humana, logrando de esta manera que el proceso educativo sea más humano.
La modalidad de gestión, es participativa y democrática, en la que las familias, profesorado, alumnado, personal auxiliar y de servicios se relacionan y participan de la información, consulta y toma de decisiones mediante el debate y consenso como método de resolución pacifico de conflictos.
La acción formativa de Centro Educativo Mar Azul, se caracteriza por lo siguiente:
- Humanizar y personalizar al hombre y a la mujer como transmisores de la palabra de Dios, para que en el recorrido de sus vidas dejen huellas que reflejen las diferencias de su educación donde, Dios ha sido por excelencia el instructor celestial.
- Formar niños y adolescentes que tengan como modelo de vida a Jesucristo y establezcan una relación de amistad con Él, a través de la oración, que los proyecte como líderes evangelizadores por su formación y testimonio.
- Formar ciudadanos y ciudadanas para la vida y el trabajo productivo, como medio de realización personal y de crecimiento comunitario, que lo haga capaz de transformar la sociedad en que vive.
- Que abarque los aspectos físicos, morales, intelectuales, sexuales, afectivos y sociales.
- Formar a hombres y mujeres auténticas, libres, equitativas y responsables de hacer partícipes a los demás en los valores. Enseñar cómo ser mejores y servir en el desarrollo integral de la persona.
- Fomentar la calidad personal a través de un estimulante y riguroso programa académico, llevando a los alumnos y alumnas a aprender a pensar y desarrollar el sentido crítico ante la realidad del mundo y la responsabilidad en el compromiso por cambiar, mejorar y ayudar a los más desvalidos.
- Promover la dignidad humana, despertando en los niños ninas y jóvenes el respeto por la persona, su dignidad, sus ideas y valores culturales humanos y espirituales, llevándolo a crear una sociedad donde se viva en igualdad de derechos y deberes, una sociedad de justicia y solidaridad que comienza en cada corazón.
- Promover la erradicación de un mundo de injusticia, violencia y de libertad de los derechos del ser humano; con la inserción de programas que contribuyan a preservar la cultura de la paz y la vida.
Para lograr todo esto, se deberá promover el amor a Dios, los valores científicos, artísticos, culturales, teatrales, folklóricos y artes aplicadas, con ellos se ayudarán a los niños, niñas y adolescentes a descubrir, sus talentos personales y a servir a la comunidad.